Cada creación es única

La imagen surrealista de Cuba

Yudit Vidal Faife “Cada creación es única”

ENTREVISTA

Por: Dayana Rosquete Toledo

Caminando por las coloniales calles de Trinidad, Sancti Spíritus, los colores vivos, los trazos firmes y la figura humana como centro me convocaron a la entrada. Era una casa colonial devenida galería de arte. La exposición tiene la impronta de una mujer. Admiradora del ser humano y de la arquitectura de la ciudad se muestra Yudit Vidal Faife, una pintora que nos acerca a los detalles, a las maneras muy peculiares de utilizar el color, sin miedo alguno por las dimensiones. Para conversar con ella y adentrarnos desde una perspectiva cercana a su manera de ser y de pensar, este equipo de prensa conversó con ella.

Se aprecian en tu obra una variedad de estilos, imagino que de alguien hayas partido, ¿podrías decirnos cuáles son tus referentes?

“Realmente he tenido la oportunidad de estar frente a frente con la obra de los grandes de la pintura mundial y puedo decir que es sumamente necesario que el artista pueda apreciar los originales de aquellos que no sólo le interesan y son admirados por él mismo, sino, que pueda aprender de ellos, de sus trazos, del porqué de cada pincelada y figura.

“Puedo decir que mis referentes son varios, entre ellos destaco a Miguel Ángel Buonarroti, luego al Bosco (Giovanni Melchiorre Bosco), Sandro Botticelli, Vincent van Gogh, Rembrandt, Francisco de Goya, Salvador Dalí y René Magritte, entre otros”.

¿En qué movimiento de la plástica insertarías tu obra?

“En el movimiento de arte moderno, por supuesto con tendencia al estilo Surrealista. Pues en mi arte están presentes personajes irreales y oníricos, como si estuvieran en una dimensión que supuestamente existe y que convive paralela o a veces se entremezcla con nuestro mundo. Combinación muy propia del estilo de este movimiento”.

El hombre es uno de tus temas fundamentales. ¿A qué se debe esta fascinación por el ser humano?

“El hombre siempre ha sido motivo de inspiración personal pues todo el universo de la problemática real y cotidiana parte de su interior. Es ese ‘yo interno’, el que de una forma u otra me empeño en reflejar y caricaturizo mediante ‘entes surrealistas’ que yo misma me invento. El actuar y la aptitud de cada ser humano es especialmente interesante. Me acerco a ellos ridiculizando aquellos caracteres que más nos deshumanizan en determinados momentos de la vida, ante los cuales debemos, nosotros los artistas, criticar, exagerar, llamar la atención, para de cierta manera hacer reflexionar a la sociedad espectadora ante este arte medianamente ‘grotesco’".

La ciudad colonial es otro de tus temas más recurrentes, ¿qué tratas de expresar a través de ella?

“La ciudad de Trinidad, donde vivo actualmente, goza de una característica muy peculiar: parece detenida en el tiempo. Este aparente ‘estancamiento’ es lo que me motiva a creer que a la vez, sus grandes mecenas y personajes emblemáticos, aún transitan por las calles y gracias a ellos a veces no ocurren cosas indeseables, como son la pérdida de ciertos vestigios antiguos que debieran ser preservados.

“Como en la canción de Silvio, Cita con Ángeles, ellos tratan de cuidar nuestro patrimonio, pero muchas veces le ocurren contratiempos en el camino y es demasiado tarde. En mi serie Detalle colonial, estos seres en forma de ‘fantasmas’ están presentes en cada esquina o muro representado”.

¿Qué otros temas abordas en tu obra?

“Abordo además el tema de la ingenuidad infantil, y la pintura clásica del romanticismo, tópico en el cual represento mujeres engalanadas con fastuosos trajes, las que parecen hartas de tanto lujo fatuo”.

En tu muestra Seres de la Diminuta Inmensidad, incluyes el trabajo con los niños. ¿Por qué?

“Son ellos los que nos hacen recordar que la simplicidad a veces dice más que un sinnúmero de conocimientos adquiridos. Nos devuelven al mundo del instinto natural que con el transcurso del tiempo perdemos. Además, educando un poco la manera de querer decir cosas, les doy una herramienta a mis alumnos para que expresen aquello que a veces no se puede decir con palabras y que los colores enuncian directamente.

“De esta forma, aprendemos unos de los otros momentáneamente, lo cual nutre de gracia mi trabajo personal y el de los pequeños de conocimientos que a veces llevan dentro y no saben decir”.

¿Qué técnica prefieres?

“Prefiero el dibujo a la pluma, el carboncillo, la tinta china y el óleo sobre lienzo”.

¿Cómo percibes el acto de creación de un artista?

“En realidad, el momento de la creación es algo sublime. Es un estado que no se puede describir con palabras. Uno se va adentrando en un mundo tan profundo que te alejas de la realidad, aunque la expreses en la pintura de manera normal. Cada creación es única. El artista se encuentra en ese momento solo consigo mismo y es su reflexión interior lo que hace transformar la realidad palpable en obras que en un estilo u otro. Se reflejará aquello de lo cual se aqueja el alma”.

En varias de tus obras se aprecia un predominio de colores intensos y de fondos oscuros. ¿Por qué acudes a estas formas de expresión?

“A veces necesitas recursos pictóricos para resaltar lo que necesitas decir. Por ejemplo, en la serie de los fantasmas, es necesario hacer que éstos se destaquen sobre el color intenso y es esta manera la que empleo para obtener ese contraste”.

De tu obra, la doctora Beatriz Moreno Masó expresó: “Yudit pertenece a esa tendencia fuerte de nuestra plástica que siente la necesidad de demostrar que sabe pintar, que pinta como lo desea y no como le sale, exquisita en los detalles (...)” ¿qué piensas de ello?

“Creo que tiene toda la razón. Soy una artista que nunca he querido encerrarme o encasillarme en uno que otro estilo, aunque la técnica denota unidad y sea el mismo trazo en todas las obras.

“Prefiero saltar de la pintura tradicional al trazo expresivo, del surrealismo al paisaje realista. Todo depende del estado de ánimo que es el regidor del pulso de mi arte. Y doy gracias a mi ‘ángel guardián’ de tener la facilidad de pintar con diferentes estilos según me venga la idea.

“Es muy triste tener algo que decir y no poderlo hacer porque sencillamente no domines una técnica determinada u otro estilo pictórico. Fuera de eso afirmo que tengo un sello propio en la manera de dibujar. Eso es lo que distingue a un artista, no el estilo por el cual esté transitando, sino su trazo, o su pincelada, o el color que generalmente emplea, entre otras cosas.

“Pienso que el ‘creador’ siente siempre la necesidad de experimentar y no se debe frenar porque alguien diga: ‘Este es su estilo’, o ‘Fulanito pinta niños’, o pinta casas, ese no creo que sea el punto. Siempre va a haber un crítico o especialista que le reconozca estudiando su elemento distintivo”.