La imagen surrealista de Cuba
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“En la Oquedad de mi cerebro” Gran Teatro de La Habana
Lic. Tomás Fernández Robaina.
Nadie duda que las artes plásticas cubanas se encuentran en un amplio y multifacético proceso de desarrollo donde las nuevas promociones se hacen sentir a tambor batiente, impregnándoles un dinamismo que se refleja en sus innumerables actividades y aperturas de exposiciones que tienen lugar en todo nuestro país, en particular en nuestra ciudad.
Puedo afirmar que a veces me he sentido como si estuviera en un permanente jubileo artístico, pues, en virtud de las "científicas" programaciones que se suelen hacer, en un mismo día hay varias inauguraciones. Señal indiscutible de la rica vida cultural que se vive en La Habana por ser la capital.
Las direcciones de las instituciones culturales habaneras, los museos, las bibliotecas, y las galerías, no dan tiempo a que las telarañas pueda tener el más mínimo espacio para expandirse. Los artistas ya reconocidos por su calidad, hombres y mujeres, comparten, en no pocas ocasiones, esos escenarios plásticos, con los jóvenes y las jóvenes que descuellan por sus innegable talentos. También algunos o algunas de los miembros de las más recientes horneadas efectúan muestras personales para deleite de los que ya conocemos parte de su obra, maneras muy adecuadas para dar a conocer su producción a otros que se asoman a su arte por primera vez.
Justamente hoy nos reunimos felizmente en la apertura de la exposición de una de las representantes más talentosas del actual movimiento plástico cubano. Ustedes no tendrán duda sobre lo anterior cuando recorran este salón, y aprecien en cada uno de sus pinturas la imaginación, el colorido, el mensaje implícito o explícito, el dominio de los contrastes, de los matices. Su obra, poblada de duendes, de brujas, de fantasías, de alucinaciones, me recuerda a un libro clásico de nuestra narrativa: Celestino antes del alba, poblado también de los mismos personajes fantasiosos; pero en los personajes de Yudith, no tenemos que reconstruirlos mentalmente, acorde con la descripción del novelista Arenas, sino que los vemos, nos hablan, nos sugieren ideas dentro del marco en el cual la artista nos los presenta, y nos convence de modo aplastante que nos encontramos ante una creadora que ya tiene ganada su lugar en la plástica cubana y que llegará a otras latitudes como justo reconocimiento a su innegable calidad.
Felicitémonos de compartir esta apertura, de poder disfrutar de las piezas que se exhiben, de tenerla entre nosotros y de que todos contribuyamos a evidenciar la dinámica vida plástica y cultural de nuestra Habana. Muchas gracias.