La imagen surrealista de Cuba
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La inmensidad de unos seres diminutos
Desde la esquina ya se sentían las risas de los niños, la artista Yudith Vidal los estaba esperando a ellos y a su familia en la casa del Benemérito de las Américas Benito Juárez para enseñarles la técnica del papier maché. Esta fue una de las opciones que el programa Rutas y Andares organizó para el sábado en Andar la Cultura.
La creadora, de poco más de 30 años, fue la anfitriona del evento. Ella realizó una pequeña introducción a las técnicas del papier maché de manera elemental para las familias que participaron en esta actividad. Pero lo más esperado fue la pequeña demostración de cómo se hacen obras con materiales que tenemos a la mano. Sin dudas fue un pequeño encuentro artístico que dejó en todos deseos de continuar.
Los participantes en el pequeño taller también asistieron a la exposición de la propia pintora Seres de la diminuta inmensidad, la cual se encuentra en una de las galerías de la casa de México. La muestra está compuesta por 13 obras de la artista y 19 de los niños que asisten al taller que ella imparte en Trinidad, su ciudad natal.
Sobre esta iniciativa y la labor que realiza Yudit Vidal, Habana Patrimonial conversó con ella.
¿Cómo surge este proyecto?
Comenzó en Luxemburgo en el año 2007, donde realicé una exposición con niños, los cuales, desde los tres o cuatro años, pintaban influidos por mí. Les enseñé las técnicas de la pintura, de incrustaciones y ellos hicieron sus propias obras. El día de la inauguración yo miraba las piezas que habían sido producto de todo un mes de trabajo allí y dije: “esto hay que llevarlo a Cuba, a mi país”. A esta edad los niños son muy moldeables y decidí comenzar el proyecto en Trinidad. Allí le planteé la idea a la Oficina del Conservador de la Ciudad para si le interesaba promocionaran la idea, y así fue como empezó todo.
El proyecto lo realizamos en el círculo Clodomira Acosta, que es el único ubicado en el Centro Histórico de la ciudad de Trinidad. Estos niños entre cuatro y cinco años, comenzaron a aprender, encaminados por mí, diferentes técnicas como las de papier maché, de modelado, la acuarela y el dibujo. A partir de los conocimientos básicos que ellos aprenden en esta etapa de la vida, como los colores y las figuras geométricas, yo los fui guiando para que construyeran sus paisajes, pintaran su mundo imaginario, mágico. Los niños aprendieron la técnica del papier maché, construyeron grandes instalaciones y ellos mismos sugirieron qué elementos se iban a llevar a la escultura: helados, aviones, pelotas, una casita. Y así hicimos siete instalaciones gigantescas que se muestran en la exposición.
En la muestra también hay un libro Niños traviesos, en él está ilustrado todo el proceso que tuvimos que hacer para llegar a las piezas finales.
¿Por quéSeres de la diminuta inmensidad?
Diminutos porque son niños, son pequeños. Inmensidad porque el diminuto mundo de estos niños, sus anhelos, sus ideas se magnifican haciendo una pelota, un helado gigante. Es como el mundo infantil llevado al mundo real, es como entrar en un cuento de hadas en el que ellos pueden entrar. Es invadir la realidad que nos rodea con la fantasía llevada a un plano gigantesco.
Los colores de las obras llaman la atención, ¿Cómo manejó Judith el empleo de ellos con los niños?
En esta edad ellos tienen que dominar todos los colores que existen. Yo empecé a inculcarles el aprendizaje de los colores primarios, su mezcla para lograr los secundarios, cómo utilizar los colores análogos, los contrastantes. Ellos aprendieron muy fácil, mezclaban los colores básicos creando una gama cromática con la cual lograron dominar el mundo de la pintura. Es increíble cómo tienen innato el conocimiento de cuándo tienen que utilizar un color homólogo que haga una combinación perfecta. Incluso, cuando hubo carencia de colores, los mezclaban lograban resolver el problema. Este no es solo un proyecto artístico sino también un proyecto educativo.
¿Fueron los niños quienes le pusieron los títulos a las obras?
Ellos mismos los sugirieron. Yo les preguntaba sobre el tema del cuadro que habían pintado y ellos comenzaban a hablar, decían qué representaba. También utilizaron juguetes viejos que pegaban en los cuadros, es decir, la técnica del reciclado. A través de las preguntas inducidas logramos ponerle título a cada obra.
¿Los niños que vemos en tus cuadros son reales?
Todos los pequeños que se observan en mis obras son reales. Está retratado desde mi propio hijo cuando tenía seis años, yo cuando era chiquita, y todos los demás son niños del propio proyecto. Yo vinculo estos retratos con fondos en los que se aprecia la iconografía infantil, no reutilicé ni manipulé esta ingenuidad, me trasladé a ellos, siempre traté de tratar todo desde el plano infantil, desde ese plano ingenuo. No quise herir ni transformar, sino que en la exposición fluyera como un todo.
¿Cómo fue el trabajo con la comunidad?
Muchos de estos niños tienen problemas psicomotores, de aprendizaje o físicos, y este trabajo ayudó a elevar este sentido y esta energía de los infantes. Fue una labor psicoterapeuta, la alegría era tanta que en cada jornada ellos esperaban más la llegada mía y de las instructoras que de las propias maestras. Ellas decían: “mira cómo estos niños se han transformado”. Las madres me veían por la calle y me decían: “ay, yo quiero que tú enseñes a pintar a mi niño”.
Este proyecto sirve de ejemplo a los instructores de arte y a las maestras, demuestra que ellos pueden elaborar sus propios medios de enseñanza para educar a los pequeños. Por ejemplo para enseñarles psicología del color yo coloreaba un círculo y un muñequito, si lo pintaba de amarillo el muñequito estaba contento, alegre. Así fueron aprendiendo qué significa cada color y cuándo lo pueden utilizar.
¿Tienes un solo hijo, sin embargo te has convertido en mamá de unos cuantos?
Es verdad, uno siente una gratitud muy grande por estar de nuevo educando. Es un placer gigantesco porque al final de cada jornada vez cómo estos niños te agradecen, se sienten contentos por haberte conocido, te ven en la calle y te abrazan. Ser madre para una mujer tiene una gran significación, esto es un parto a través del arte. Es una experiencia gratificante tanto para mi obra personal como para estos niños que comienzan.
¿Qué fue lo más difícil del trabajo?
Lo más difícil fue hacer creíble que esos niños podían pintar lo que ahora vemos en la exposición. Nadie creía que ellos, tan pequeñitos, hicieran cosas tan hermosas y yo les demostré que todo es posible cuando se quiere. Yo no creo que uno nace talento, sino que este se puede adquirir, se puede desarrollar.
¿Cuáles son los proyectos que tiene Yudith?
En estos momentos continuar con esta labor educativa, que este proyecto se magnifique y siga dando frutos. No solo hacer instalaciones sino también títeres, teatro, todo para los niños.
Publicada: 12/07/2010
Dirección de Patrimonio Cultural