La imagen surrealista de Cuba
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Yudit Vidal Faife, la constancia personificada
Por: José Rafael Gómez Reguera
Yudit Vidal Faife lleva interiormente el título de una obra que ya conocía con anterioridad: La paciencia del escucha; sólo que ella, con sus colores y pinceles, y con su singular paciencia, sabe adentrarnos en mundos que uno ni siquiera ha soñado. Como tampoco hemos soñado acercarnos, tan pronto en el tiempo, a una nueva exposición personal, concebida inicialmente para el Centro Pablo de la Torriente Brau, en La Habana, y que antes de llegar a predios capitalinos, la...
artista ha querido regalársela a su Trinidad en ocasión del cumpleaños 492 de la fundación de la tercera villa cubana.
Yudit es algo supersticiosa, aunque no me lo haya confesado. Tampoco hace falta que lo haga; pero sabe escondernos sus creaciones hasta que en un instante, las cortinas se descorren, o las cintas se cortan, y queda ante nosotros una sala repleta de cuadros y la magia de la creación nos eleva. Esa levitación, sin embargo, no nos aleja de la realidad circundante.
A su modo, Yudit la refleja con su peculiar manera de distorsionar rostros y cuerpos, de atender a los diversos tonos y tamaños, y se me antoja recordar lo que la doctora Beatriz Moreno Masó ya había expresado: “Esta joven, con nombre de heroína judía, es sin duda la máxima exponente del arte femenino en Trinidad (...) Ella logra conjugar, en simbiosis renacentista, las facilidades para las ciencias exactas, las técnicas artísticas, el razonamiento lógico y la imaginación desbordante..”.
Nuestras calles saben de sus andanzas, de su amor por cada barrio, cada esquina, cada alero; sin embargo, ella prefiere centrarse en lo humano de las personas que tenemos cerca y, lo quiera uno o no, ejercen su influencia en nosotros.
“Transfiguración” exhibe ahora, en la Galería de Arte Universal Benito Ortiz Borrell del Centro Histórico trinitario, 18 trabajos donde predomina el dibujo al carbón, siempre bajo un pulso seguro.
Es su exposición personal número 12, y algunos títulos como Quimérico sombrero, Apareamiento, El oficio de mirarte, ¿Amusgarse de qué?, y Conmiseración meditativa, esta última un inevitable acercamiento al convulso mundo que nos ha tocado vivir en estos principios del siglo XXI, dan fe de cuán duro ha trabajado para hacernos este obsequio sin papel de envoltura; sólo con el amor de quien se sabe querida, que para ella, con su madurez y probada sencillez, ya es bastante.
La apertura de esta exposición diocontinuidad al amplio programa de actividades de la Trigésimo Tercera Semana de Cultura Trinitaria, en esta ciudad que desde diciembre de 1988 ostenta el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad junto a su no menos conocido Valle de los Ingenios y constituye un valioso ejercicio para quien está a punto de graduarse en el Instituto Superior de Arte, con una larga hoja de servicios a favor de lo mejor de la creación humana en esta tierra de leyendas y bellezas, donde si no nos cuidamos, podemos sufrir de vértigos por tanta hermosura que nuestras pupilas quieren atrapar de una vez.